Consideró que el gobierno de Bashar Al-Assad ha perdido legitimidad por permitir atrocidades y que muchos elementos de la oposición han acudido a las armas y no respetan la tregua solicitada por el plan de paz.
"La incapacidad tanto del régimen como de la oposición de participar en cualquier diálogo político significativo hace que el pronóstico sea extremadamente grave. Y mientras más tiempo dure el conflicto, más difícil será el camino hacia la paz y la reconciliación final", dijo.
Señaló que la comunidad internacional debe reconocer estas circunstancias y actuar en correspondencia.
Subrayó que el plan de paz de Annan sigue siendo el centro de la actuación de Naciones Unidas, aunque se deben fortalecer las acciones para asegurar su cumplimiento.
Recalcó que las prioridades de la ONU en Siria son detener la violencia, proteger al pueblo sirio y sus derechos, entregar ayuda humanitaria a los necesitados, y promover una solución política a la crisis.
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